Esta fecha tan simbólica para la literatura universal, 23 de abril, en la que murieron Cervantes y Shakespeare, fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.
«Los libros encarnan la capacidad humana de suscitar mundos reales e imaginarios y ponerlos en palabras. Son las mejores voces de la tolerancia y las señales más claras de esperanza. Los libros son los pilares de sociedades libres y abiertas.»
(Fragmento del mensaje de la UNESCO por el Día Mundial del Libro)
La idea originaria de la celebración de este día nació en Cataluña. Fue iniciativa del escritor valenciano Vicente Clavel, gran admirador cervantino, en 1922.
Esta práctica se hizo oficial en el país en 1926 con un decreto del rey Alfonso XIII y poco a poco se ha hecho extensiva a todo el mundo: en 1995,
